Víktor Ferrando

Si admitiéramos la teoría de “la rencarnación”, podríamos explicarnos la huella que determinados periodos de la Historia han dejado en este artista. Tiempos en los que el metal templado doblegaba al metal acuñado. Hablamos de las grandes guerras.

La obra de Víktor nos aboca al recuerdo de nuestra épica, como de nuestras miserias, y con ello deja caer con cada uno de sus trabajos, el inamovible peso de la advertencia. De ahí su personalidad comprometida, que desarrolla con un vitalismo estremecedor.

En la base de la gran obra artística de Viktor Ferrando parece subyacer una obsesión por domesticar el hierro, al punto de sorprendernos al no encontrar cicatrices en su piel. Su trabajo, en lucha sin cuartel contra la severidad de la más testaruda de las materias, parece querer recordarnos el tenebrismo de nuestras vergüenzas en esta época de tendencia naïf, hedonista e intrascendente, que irremisiblemente nos conduce a la decadencia. Después nos llegará de nuevo la caída,… bajo el yugo del acero. (C.Uralde)

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