LA IMAGEN DE LA OBRA DE ARTE
Por sus características de tamaño, peso, fragilidad y valor, el manejo de este tipo de producto (obras de arte: pinturas, esculturas,…) no es posible sino a través de fotografías. Tanto los autores como los distintos profesionales que operan en el mundo del arte (marchantes, representantes, galeristas, responsables de documentación de museos,…) precisan de una copia fotográfica de cada original, debidamente documentada con datos como formato, medidas, peso, materiales, precios,… La calidad de las reproducciones ha de ser rigurosamente fiel a los originales. Y esto requiere del concurso de un profesional especialista en la materia, que puede incluso (con la interpretación personal en el caso de las obras tridimensionales: esculturas, cerámica, etc.), ponderar el valor estético y la fuerza del original (visto en determinadas condiciones de iluminación).
Como sucede con cualquier otro objeto, las obras de arte se distinguen por: